Hacer semilleros es uno de los aspectos más delicados de todo el proceso de tener un huerto. Es irónico que si un tomate o semillas de lechugas caen en la tierra, a la primera siguiente germinarán solas, donde y cuando les mejor parezca (como me ha pasado y está pasando).
Sin embargo, hacer un semillero y hacer que crezcan plantas sanas y fuertes es más fácil dicho que hecho. He tenido éxitos pero también estrepitosos fracasos y aquí resumo mi corta pero intensa experiencia.